NIVEL
2
14.- La puerta marcada con la luna llena conduce a unas escaleras talladas
en la caverna que descienden varios metros hasta que tuercen ligeramente a la
derecha, donde el pasillo vuele a ser de piedra trabajada. Hay una ingeniosa
trampa al final de la escalera: un foso a la vista que es fácil de saltar
aunque muy profundo (una caída de unos 20 m); al otro lado del foso una
pendiente no muy pronunciada se eleva lo suficiente para poder haceros resbalar
hacia el foso, mientras intentáis esquivar…¡la bola de piedra que se desploma
sobre vosotros! Si caes al foso y no mueres en la caída no te preocupes la roca
al caer al foso por la rampa se ocupará de rematarte (contribución de Antonio
-Rolero Rural en Google +).
15.-La puerta corredera se desliza cuando pasáis frente a ella
invitándoles a entrar en una sala de la que sale un resplandor dorado y cálido.
En el interior, varias decenas de velas iluminan un sarcófago de dimensiones
gigantescas. Del interior de la tumba se eleva una figura dantesca. Se trata de
Neg-cal Dauggog, un goul gigante que en vida sirvió como sumo sacerdote de
Naggoob. Deberéis hacer frente a este ser muerto viviente antes de continuar,
pero cuidado posee el poder de invocar terribles conjuros contra vosotros
(contribución de Telmo Arnedo en Google + y Jairo Alonso Miranda en Facebook).
16.- La puerta de madera está podrida por el paso de los eones y se deshace
cuando la tocáis. Da paso a una sala en “L” que parece ser una armería, que
conoció tiempos mejores. Los armeros sostienen decenas de espadas de factura
muy antigua y a las cuales el óxido a devorado el filo haciéndolas inservibles.
Pero entre este amasijo de reliquias oxidadas hay una bella espada que os llama
poderosamente la atención. Es una “Hoja de Leng” forjada en un tiempo remoto…o
futuro (contribución de Jairo Alonso Miranda en Facebook).
17.- Tras esta puerta la habitación encierra lo que en otro tiempo fue un
almacén de comida, probablemente para los sectarios que habitaron entre estos
muros.
18.- En esta sala dos grandes candelabros iluminan un altar hecho de piedra
negra y pulida, brillante que refleja vuestra cara de estupor al contemplar el
impío volumen que reposa sobre un atril. Se trata de Misteriis et Invocationes escrito en un tiempo más allá de la
comprensión humana por el sumo sacerdote Neg-cal Dauggog. Cualquier incauto que
toque el libro quedará paralizado, pero solo su cuerpo ya que su mente viajará
millones de años al pasado y permanecerá perdida en la Oscuridad de Naggoob
(contribución de Jairo Alonso Miranda en Facebook).
19.- La entrada señalada con la luna en cuarto creciente da acceso a una
gran sala abovedada flanqueada por seis enormes columnas talladas en la misma
roca del subterráneo. De estas columnas cuelgan los cadáveres putrefactos de
anteriores los sacerdotes más poderosos de Naggoob, condenado a seguir
sirviendo a su señor. Si no portáis un símbolo impío de Naggoob un rayo de
energía negativa os golpea saliendo de los sacerdotes (contribución de Telmo
Arnedo en Google +). En el cinto de uno de los clérigos encontráis una bolsa
con gemas y una daga ritual forjada en la Perdida Kadath (contribución de Jairo
Alonso Miranda en Facebook).
20.- El acceso a esta sala está custodiado por una criatura imposible que
parece haber sido invocada desde algún rincón infecto de los siete infiernos.
Una parte parece ser (o haber sido alguna vez) un ser humano o humanoide,
mientras que la parte inferior pare una especie de araña con un exoesqueleto
quitinoso que supura algún tipo de icor ponzoñoso (contribución de Jairo Alonso
Miranda en Facebook). Si conseguís entrar en la sala 20 veréis que se trata de
una habitación octogonal con cuatro columnas triangulares que flanquean un
enorme pozo. Este orificio excavado en el suelo os deja ver en su fondo la más
terrible e insondable oscuridad. Si os acercáis un penetrante olor a
podredumbre os golpea, solo unos instantes antes de que os golpeen los 20
tentáculos de un gusano tentacular de las cavernas de Iggna-thuerin. Sus
tentáculos acabados en afilados dientes inyectarán un letal veneno a aquel al
que hieran. Habéis de tener cuidado pues la sangre y el veneno acumulados en el
borde del foso pueden facilitar vuestra caída (contribución de Telmo Arnedo en
Google +). Si alguno de vosotros cae al fondo del foso y consigue vencer al
gusano tentaculado, que no piense que sus problemas se limitan a salir de allí
pues en el fondo mora una colonia de cieno gris (contribución de Ilgrim Hwd en
Google +).
21.- La puerta marcada con la luna en cuarto menguante da acceso a unas
escaleras que bajan de manera muy empinada hacia un pasillo levemente
iluminado. Pero antes de seguir la puerta se cierra tras vosotros y otro muro
de piedra asegura que no saldréis fácilmente de estos pasillos. Solo os queda
la posibilidad de avanzar, tomáis aire y antes de que deis un nuevo paso el
sonido de varias puerta correderas deslizándose irrumpe en el silencio…seguido
de los rugidos de varias criaturas que os anuncian que vuestro destino pende de
un hilo (contribución de Jairo Alonso Miranda en Facebook).
22.- De este habitáculo sale una criatura que se parece lejanamente a un
troll de las cavernas pero corrompido por algún tipo de hechicería impía.
Evidentemente intenta hacer de vosotros su cena.
23.- En esta sala no hay nada salvo los desperdicios dejados por alguna
criatura…enorme, suerte que no está. De pronto, algo enorme os golpea pero no
podéis verlo, solo sentís el dolor lacerante de sus garras y su aliento
pestilente. Debéis enfrentaros a esta criatura invisible.
24.- Parece que fue el cuartito donde se refugiaba un grupo de adeptos de
Naggoob. Algunos elementos personales pero poco de utilidad o valor salvo unos
medallones impíos de Naggoob ocultos en un cofrecillo bajo los restos de un
camastro.
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